La Vertiente de La Vida
Desde aquel día en que tus ojos vieron la luz y soltaste ese nudo que llevabas en el alma, desde ese día le diste vida a nuestro paisaje, tus lágrimas brotaron con tanta fuerza que las venas crecieron por todo tu cuerpo dándole cabida a esos inmensos lazos azules, y aunque con el tiempo te fuiste pudriendo, muriendo como si un cáncer te tomara en sus manos y consumiera tu apariencia, no dejaste de ser hermosa, a tu manera seguías siendo hermosa, la fuente de tu belleza y de tu vida misma se encuentra aun como el primer día, vigorosa y llena de vida, esa fuente viva de azul intenso, fría y a la vez tan cálida, despierta envidia tu naturalidad, tanta envidia despiertas que quieren verte marchita, como los cadáveres que a diario nos despiertan con el sonido de las sirenas avisando el pronto fallecimiento de un fulano, pero tú no, tú sigues viva, fuente de vida, manantial de luz.
El rojo asesino que tiño tu ser no podrá acabarte porque a pesar de todo el daño que te hacemos eres inmortal, eres luz y oscuridad, paz y odio, pero por sobre todas las cosas eres la vertiente que aun nos sigue dando saludable bienestar.
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